Tratamiento
Las formas más leves de hiperhidrosis primaria pueden tratarse con una combinación bien elegida de mejora de la higiene y cuidado de las zonas afectadas. Los pacientes utilizan diferentes tipos de antitranspirantes, evitan tejidos sintéticos y prefieren ropa interior especial que absorbe mejor la humedad. También deben evitar alimentos que puedan desencadenar sudoración excesiva (como el alcohol o los comidas con demasiadas especias).
Otros tratamientos incluyen:
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Medicamentos anticolinérgicos
Las sustancias activas bloquean la acetilcolina producida por el sistema nervioso parasimpático. La acetilcolina sirve como activador de las glándulas sudoríparas y su bloqueo ayuda a reducir significativamente la sudoración en quince días. Sin embargo, al utilizar estos fármacos, hay que tener en cuenta los posibles efectos secundarios.
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Tratamiento con aplicación de toxina botulínica
La toxina botulínica bloquea no sólo los nervios de las fibras musculares, sino también los impulsos nerviosos que estimulan las glándulas sudoríparas, inhibiéndolas. Para que el tratamiento sea eficaz, es necesario aplicar aproximadamente 12 inyecciones en la zona problemática cada vez. El efecto de las inyecciones dura de 2 a 8 meses.
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Tratamiento quirúrgico
La cirugía sólo se utiliza en casos muy graves, cuando ningún tratamiento disponible puede aliviar los síntomas. Esta intervención interrumpe directamente las vías nerviosas simpáticas que estimulan las glándulas sudoríparas cortando los nervios por vía endoscópica en la zona del pecho. Sin embargo, la cirugía no es adecuada para el tratamiento de la sudoración de los pies, ya que puede provocar una disfunción sexual permanente.
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Iontoforesis
En el tratamiento por iontoforesis, la función de las glándulas sudoríparas se bloquea aplicando una pequeña cantidad de corriente eléctrica, que se espera que provoque la coagulación de las proteínas de las glándulas, que luego restringen la secreción de sudor.